jueves, 22 de julio de 2010

Play

Play (2005)
Director: Alicia Scherson
Guión: Alicia Scherson
País: Argentina/Chile
Actores: Viviana Herrera, Andrés Ulloa, Aline Küppenheim.
Duración: 105 min

Los detalles de la cotidianidad llenan la vida del solitario, crear una rutina permite darle un poco de solidez y sentido a los días. El personaje principal de esta película es una mujer con vitalidad que por diversas circunstancias vive una vida aislada, tiene el ímpetu de su juventud y capacidades para socializar, pero a pesar de ello se encuentra en una ciudad lejos de su madre y a cargo de un hombre enfermo.

Paralelamente se desarrolla la historia de un joven, Tristan, que termina con su pareja y cae en depresión, una noche mientras se lamenta, es asaltado y pierde su maletín, el cual va a parar a un bote de basura, ahí es encontrado por la protagonista. Este evento interrumpe su rutina. Cristina, la protagonista, explora todo los efectos personales que halla en el maletín, los explora hasta el punto de, gracias a las credenciales de identificación, iniciar a seguir al muchacho, espiar a la ex novia, Irene, y meterse en su casa a probarse ropa y andar desnuda.

Estos comportamientos parecen los de una mujer desequilibrada, pero lo que muestran es la carencia en su existencia, la necesidad de intimar con otro, el conocer los detalles y los objetos que representan la forma de viva de otro individuo le hacen sentir acogida por el mundo.

Al ver esta película, el espectador que conoce la soledad, sabrá identificarse con algunas manías y actos de aparente locura que involucran las fantasías o la imaginación para afectar los hechos de la realidad, el humano es naturalmente social y al carecer de ello, una persona “sana” deseará desempeñar este rasgo, al no lograrlo surgen comportamientos extraños, fuera de las normas sociales que no implican necesariamente locura o violencia en el mejor de los casos.

Otro aspecto de la película es la forma en que se presentan las acciones, las tomas con poco diálogo, sin juicios, favorecen el tono de languidez, introspección y cotidianidad; se enfocan con planos medios y primeros las miradas de los personajes, las caricias, posturas, costumbres o largas caminatas. Comerse una alcachofa, Irene lavando y abrazando el cuerpo de Tristan durante la última ducha juntos o los lunares en la piel del paciente de Cristina son escenas que entrañan belleza y sensibilidad, algunas escenas parecen ocurrir en tiempo real. Y con algunos inserts como el de una barra de mantequilla derritiéndose al sol, el espectador ve los sueños de los personajes, este detalle es engañoso y lúdico porque miremas directamente dentro del sueño, en un plano metaficional.

Cristina solo quiere estar cerca de alguien más, intimar, dar lo que tiene. Mirándose desnuda, en el espejo de Irene, usando su maquillaje, poniéndose su vestido nuevo, trata de descubrir quién es, sólo mira y espía, se queda callada frente a su imagen.

Mariana Carbajal